Huamachuco: tradición,
historia y fervor religioso
Guido Sánchez Santur
sasagui35@gmail.com
El ande liberteño, por donde lo caminemos, siempre nos invita a gozar de gratas experiencias, adentrándonos en sus exhuberantes paisajes, de verdes campos, escarpados cerros, de límpido y azulado cielo y ondeantes halcones en pleno vuelo. Desde que llegamos a Huamachuco quedamos pasmados de su belleza, con sus atractivos históricos, culturales y folklóricos, pasando por los de aventura, montañismo y esparcimiento.
Aquí afincaron los wachemines, vencidos luego por los Wamachucos, quienes edificaron la ciudad lítica de Markawamachguco, su expresión arquitectónica más relevante y que está está a 184 kilómetros de Trujillo, con una temperatura anual media oscilante entre los 11º y 12ºC.
La trdición cuenta que desde Markawamachuco gobernó el curaca Tauricuxi, dirigiendo a ese laborioso pueblo que dominó el ande de lo que hoy es La Libertad. Caminar entre esa imponentes edificaciones, inflama el alma de orgullo al reconocernos como herederos de esa grandeza que nos legaron nuestros antepasados, quienes sin la pesada maquinaria de hoy, y sólo con tenacidad y organización levantaron enormes edificaciones que parecen extraídas de una leyenda.
Los estudiosos Max Uhle, Tacher, Topic y otros sostienen que el territorio de Markahumachuco fue ocupado por diferentes culturas hace diez mil años antes de Cristo. Los primeros grupos habrían emigrado de la selva, luego arribó el ejército Wari, que convivió con los Marca Waman Churu, hasta la conquista del Imperio Incaico, época en que la ciudad fue transformada en un centro económico-religioso-político, desde donde se dominó el valle andino gracias a su ubicación estratégica.
La organización de las familias dispersas empieza desde el año 1000, época en que los jefes de las tribus, para evitar las invasiones de civilizaciones vecinas, levantaron sus casas, edificios y murallas utilizando la piedra como material dominante. Atagujo fue para ellos, el Dios principal, creador del universo.
Estas civilizaciones fundan el reino Huaman Churi, en la cima del cerro Marka Huaman Churo, lugar privilegiado para dominar el valle andino. El cronista García de Villalobos (1611), refiere que este señorío se extendía desde el río Chicama y Crisnejas, por el norte; hasta los ríos Tablachaca, Chuquicara y Uchupampa, en el sur. Al Este limitó con el Río Marañón y por el Oeste con Huacapongo y Simbal. Sus vecinos fueron los reinos de Cajamarca, Chimor, Chachapoyas y Conchucos.
Los Marka Huaman Churis dejaron sus mejores obras de ingeniería lítica en Markahuamachuco, cerros Amaru, Sazón, Campana y Tuskán. También destacaron en cerámica, textilería, artesanía, arquitectura, metalurgia y agricultura.
Esta fortaleza tiene una extensión aproximada de cinco kilómetros cuadrados, situado al oeste de la actual ciudad de Huamachuco. Desde la cima se observa el majestuoso valle del Condebamba. El clima agradable lo imprimen los lentos vientos de sur a norte que se mezclan con el calor del verano y en el cielo azul intenso se dibujan figuras antropomórficas con las esporádicas nubes que se deslizan lentamente.
En ese majestuoso panorama aparece "el Observatorio" con su escalinata de piedra, por donde se ingresa al aposento del gran Señorío, hasta el acceso occidental y las otras secciones: cerros de las Monjas, del Castillo, de los Corrales y Viejo. El proceso de construcción comienza el año 300 antes de Cristo.
El observatorio también es conocido como Las Huacas, ubicado al pie de la muralla que rodea al Castillo y está construido con pircas circulares con piedras, aseguradas con cuñas pequeñas, en cuyo centro tiene una cueva o hueco, que habría sido un "pozo sagrado".
MÁS ALLA DE LA HISTORIA
En este mes de agosto, Huamachuco se viste de gala. No puede ser de otra manera, pues se celebra la fiesta en honor a la santísima Virgen de la Alta Gracia, con una programación que dura casi un mes, pero los días centrales son el 14 y 15. En esta oportunidad la gente del campo traslada a la ciudad la expresión de su folklore.
Los campesinos llegan ataviados con sus coloridos atuendos de lana y sus blancos sombreros, que no solo protegen del sol, sino que constituyen una prenda exclusiva de los grandes acontecimientos. Los usan indistintamente hombres y mujeres.
Al iniciarse la procesión de la “mamita” -así denominan a la Virgen- aparecen decenas de danzarines, interpretando los ancestrales repertorios, donde se mezclan lo autóctono y lo moderno, llevando el mensaje del terruño. Nos quedamos admirados con los atuendos de Los Incas, Los Turcos, Los Emplumados, Los Chirocos, Los Osos, etc.
YANASARA
La vista descansa de la fatiga y el tráfago de la fiesta, al llegar a la laguna de Sausacocha -a 15 minutos de la ciudad- con una extensión de 173 hectáreas. Según la leyenda el nombre original es Xauxacocha (“laguna que no se seca”), que le puso el monarca Túpac Inca Yupanqui, en homenaje a su esposa, la princesa huamachuquina, Xauja, quien le acompañó en su travesía conquistadora a los territorios del norte.
El espejo de agua permite la navegación de pequeñas embarcaciones (botes). También se le utiliza como criadero de truchas y carpas, que las extraen la población para alimentarse y ofrecerla en exquisitos potajes a los turistas. Además es un hábitat natural de patos, gallinetas y otras aves acuáticas.
Las tardes son de esplendor. Al ponerse el sol refleja sus rayos mortecinos en las tranquilas aguas, dejando escapar una impresionante vista a la orilla de la laguna, cual acuarela viva de sombras alargadas.
Las aguas termales ferruginosas de El Edén y Yanasara, constituyen otra posibilidad para visitar esta provincia, pues tienen propiedades medicinales que alejan las dolencias corporales. A ellos se suman las pinturas rupestres de Quilca en Sartimbamba, y las de Chinacpampa en Chugay, el conjunto de andenes en el cerro Miraflores. O las ruinas de Wiracochapampa, donde se escenifica el famoso mito del Waman Raymi o la Fiesta del Halcón.
En la ciudad misma encontramos la ermita de San José, capilla construida por el encomendero español Juan de Sandoval y su esposa Florencia de Mora. Asimismo, la Casa de Arcos que sirvió de cuartel al libertador Simón Bolívar o la Casa de Faustino Sánchez Carrión, además del museo de arte religioso y la misma Plaza de Armas.
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1 comentarios:
Markahumachuco fue ocupado por diferentes culturas hace diez mil años antes de Cristo. ???? amigo osea que viene a ser mas antigua que caral? la mas antigua de Perú...mmmmmmmmm
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